El 11 de febrero de 1911 nacía Ernestina Vergara de Bazán, a quien en el ambiente ajedrecístico apodarían como ‘Doña Tina’.

Madre del gran Osvaldo Bazán destacó en el ajedrez femenino llegando a alcanzar un sub-campeonato Argentino y varios campeonatos de 1º división de la provincia de Córdoba, todos entre 1955 y 1972 año en el que prácticamente dejó el ajedrez profesional a causa de un infarto del corazón.

Al contrario de lo que pudiera pensarse, fue Osvaldo quien comenzó a jugar y enseñó a Doña Tina. De Osvaldo ella decía: ‘Yo fui su primera maestra, le enseñé a hablar y caminar; él fue mi primer maestro de ajedrez’. También decía ella que ‘si bien Osvaldo era un gran jugador, pienso que se desenvuelve mejor enseñando. Es un gran profesor’.

Ella comenzó a dedicarse a la actividad del ajedrez después de la marginación de su militancia política por causa del golpe militar de 1955. Cuando menciono el tema político, me vienen a la mente varias anécdotas, algunas graciosas y otras más serias, pero como resumen puedo decir que aunque era totalmente fiel a una ideología siempre la vi muy abierta a distinguir entre lo que era pura política y las relaciones sociales.

En cuanto a lo netamente ajedrecístico, su mayor rival en el tablero pero gran amiga fuera de él, fue la Sra. de Navas, Española (y hermana de un ‘maestro de ajedrez’ muy conocido en España), y que llegó a coronarse como campeona Argentina en alguna oportunidad. Según me contó una día mi abuela, una vez la Sra. de Navas, fue a visitarla y yo –de poquísimos años- le dejé en su mano a modo de regalo, un manojo de lombrices de tierra del patio con las que tanto me divertía. Siempre me lo contaba.

Campeonato femenino Argentino de ajedrez, año 1962
Transito de Rodriguez vs. Ernestina Vergara de Bazán - 1962
Doña Tina y familia
Con Osvaldo

Mi abuela tenía algo que creo que tenemos todos en la familia, y es ‘ganas de jugar la partida al todo o nada’, pues en uno de los campeonatos femeninos, con solo empatar lograba ganarlo, pero no pudo con su genio y arriesgó y finalmente perdió esa partida. Lo mismo le pasaría al ‘negro’ Bazán en otro de los campeonatos que jugó.

1970 - Sra de Bazán y familia
Con su esposo y sus nietos.

En la siguiente foto, podemos verla junto a sus nietos Pablo y Claudio y también junto a quien fue su gran compañero, el Nono Manuel, quien fuera también el padre de Osvaldo. El nono también jugaba al Ajedrez pero no de manera profesional y la apoyaba y acompañaba siempre en la actividad ajedrecística.

En cuanto a su personalidad, era una persona muy sociable, muy intuitiva, en el sentido que ella conversando con alguien podía adivinar cosas profundas sobre ella. Mi gran y querido tío Hugo, el tercero de sus hijos, me contaba que algo a resaltar y que le causaba admiración era que ella se relacionaba con igual naturalidad y confianza y llaneza con personalidades de distinta condición social y preparación. Podía conversar con jueces, doctores, agentes de policía, con jóvenes, con viejos, de la misma manera y sin ningún tipo de discriminación alguna.

 Mi visión de ella:

Para mí era ‘La nona’; y la recuerdo como aquella mujer tan simpática y alegre, pudiendo afirmar que fue la persona de la que más aprendí sobre el famoso juego ciencia y es que desde chico ella siempre me enseñaba -gracias a ella aprendí a mover las piezas a la edad de 3 años- y me jugaba sin piedad.

De chico, recuerdo que la nona me daba ventaja de piezas, por ejemplo, ella comenzaba la partida sin una torre, sin un caballo o incluso con 2 piezas menos, pero en cuanto se realizaba el primer movimiento ya no tenía piedad, y casi siempre me ganaba. Solo pude ganarle siendo adolescente y no estoy del todo seguro si se dejó ganar o no.

Recuerdo ‘su reloj’ para jugar partidas ping pong y los dos tableros con sus correspondientes piezas que siempre usaba. Lo recuerdo como si fuese ayer. Recuerdo que le encantaban las celadas (regalar alguna pieza para luego ganar más material o mejor posición). Recuerdo también como siempre me insistía en el buen desarrollo de las piezas, y también en no tocar una pieza si no iba a moverla. Ella siempre decía ‘pieza tocada, pieza movida’ y así me acostumbré a jugar. Nunca me dejaba volver un movimiento atrás. La dureza en el tablero no se correspondía con su trato fuera de él, en el que siempre tenía una broma para hacer o un chiste que contar, o un ‘aro aro’ para decir.

Aparte del ajedrez, le gustaba mucho la música -acrecentado quizás por la influencia de su otro hijo Oscar (mi padre) que fue un destacado músico cordobés-.

Doña Tina y familia en una sesión musical
La nona y su familia

En la siguiente foto podemos ver a la nona en una noche típica de barrio Pueyrredón, rodeada de sus hijos Oscar (al piano), Hugo (al lado de la puerta) y Osvaldo (de pie). También estaban mi madre Olga (al lado de la ventana) y el Sr. Mario Roberto, un gran amigo suyo.

Nona y familia
Con el nono José

Ella tocaba la guitarra, sobre todo folklore Argentino y hasta me enseñó a zapatear (siendo yo muy niño), y siempre me pedía que zapatee un rato, y yo lo hacía siguiéndole la corriente y ahora me doy cuenta que se divertía conmigo, puesto que debe haber sentido lo mismo que yo siento ahora al ver bailar a mis niñas cuando les pido que me bailen un ratito.

De ella también me llevo el recuerdo de sus comidas. Era la que hacía las mejores empanadas, los mejores ñoquis, la mejor humita, el mejor locro y los mejores espaguetis.

Así es como la recuerdo siempre, con un gran espíritu alegre y simpático y muy querida por todos.

Esta nota la he realizado con la inestimable colaboración de mis queridos tíos Hugo y Moni, y de mi gran hermano Claudio que me han aportado datos y fotos, pero más que nada me han aportado ese contacto humano de hablar de mi nona, la nona Ernestina, quien hoy 11 de febrero cumplía años y como dice mi tía Moni: ‘Cada cumpleaños era una fiesta para ella’.

Hoy, día de tu cumpleaños, Nona querida, te dedico con todo mi cariño esta nota. No te olvidamos, te queremos y siempre seguirás en nuestros corazones y el de nuestros hijos.

19 comentarios sobre “Doña Ernestina Vergara de Bazán

  1. …y sin dudas ademas de sembrar toda su sabiduria en su familia, tambien transmitio
    una gran capacidad emocional y la profunda sensibilidad que caracteriza a los «Bazan».

  2. fui parte de tu familia fui el ex marido de maria eugenia bazan ( belleza de mujer) y mi abuelo conocio a la mujer de la que estas hablando y jugaban ajedrez y siempre me dijo que era una grande mujer felicitaciones por una excelente abuela.-

  3. Doña Ernestina, como la conocía, no solo era la madre de Osvaldo; era la gran compañera de ajedrez que tuve en un momento de mi vida!

    Todas las tardes, todas, me reunía con ella a jugar ajedrez. La esperaba en su comedor, viendo televisión, a la espera que terminara su siesta.

    Ya levantada, nos sentábamos a jugar y llegábamos hasta la noche! Todos partidos ping-pong, meta y ponga!

    Como dice el sobrinazo Pil, ella no tenía piedad cuando jugaba ajedrez… y yo tampoco se la tenía!

    Claro que la agarré cansada, podríamos decir. Pero qué gran jugadora tiene que haber sido!

    Recuerdo sus tertulias de ajedrez, en su casa. Venían de todo tipo de personas; jueces, abogados, bohemios y buenos jugadores. Se colocaban los dos tableros de ajedrez que ella tenía y se comenzaba un campeonato. Se comía lo que había y se bebía, también, lo mucho o poco que se traía: lo que importaba era el ajedrez! Nunca estuve tan a gusto como en ese lugar!

    Doña Ernestina tenía su casa abierta para todos, nunca la ví negarle el paso a alguien! Era abierta y simpática y su risa… su risa, cómo me hacía reir!!!

    Debe ser la persona con quién más jugué al ajedrez y siempre la recuerdo. Jugábamos y nos charlábamos mutuamente, sanamente!

    Como dice Pil, siempre la recordaremos con un cariño entrañable.

    Fue ella y su hijo el gran «Negro» Bazán quién me han hecho amar el Ajedrez.

    Gracias Ernestina!

    Te queremos. Daniel Villar

  4. Que hermosos recuerdos primo! Recuerdo pasear de muy chico entre pasillos de gente que entraban y salían de la casa mientras ella miraba muy concentrada sus cartas y las del mazo de chinchon. La recuerdo llevándonos bolsas gigantes de caramelos o llevandome al kiosco de Juanita. Creo que heredamos de ella la entrega a la vida, vivirla con pasión… Gracias Nona! Feliz cumple! Gracias primo!

  5. La recuerdo cantando zamba, dejándome jugar con sus collares de perlas, prestarme sus vestidos y sus maquillajes. Su casa abierta, donde entraba a saludar todo el que pasaba, siempre llena de gente, Recuerdo que jugaba a las cartas y decía por lo bajo «un moniiiito, un moniiito». como rogando al destino. El tic tac de reloj de ajedrez, Su alegría. Sus bromas, su emoción cuando se acordaba de Manuel, y la emoción de mi padre cuando falleció a quien, vi soltar dos lágrimas sentidas.
    Me pasó algo muy curioso, primo, cuando leí la nota. Me vi identificada en tantas cosas, uno nunca termina de saber cuánto ha tomado para sí de las personas queridas que nos han dejado. .

  6. Hermosa cronica, querido hermano Pil. La descripcion de tu abuela y sus anecdotas, son calidas y cercanas, me hacen vivir el momento. Me gusto mucho la frase «era muy abierta a distinguir entre lo que era pura política y las relaciones sociales», entiendo a que te referis. Que bueno poder reconocerte en el texto y abrazarte a la distancia

  7. Hola! Encontré a Ernestina en mi investigación sobre las mujeres peronistas de Córdoba; tuvo un rol muy importante en los 40 y 50 (es hasta dónde llegué, desconozco lo posterior), tenés más info su militancia en esos años? Me llamo Marina Spinetta y soy profesora en la Universidad Nacional de Río Cuarto

      1. Gracias! Posiblemente lo te mandé un mail en algún momento…por ahora el tema investigación está un poco parado, pero en mi tesis de doctorado rescato su figura en los inicios del Movimiento Peronista Femenino de Córdoba, saludos!

Dejanos tu comentario